El color habla. Gris, no tan modesto

La diseñadora noruega Dagny Thurman-Moe conecta la excesiva popularidad de los interiores monocromos con el cada vez mayor número de noruegos que sufren depresión. Cuenta que los escandinavos renuncian a los interiores grises después de unos tres años de uso, ya que se sienten abrumados por la neutralidad y el carácter impersonal de las habitaciones.

Decorar un interior completamente de esta manera puede causar monotonía, especialmente en las habitaciones en las que se pasa la mayor parte del día. La situación puede cambiar usando una gama de tonos más amplia: calientes y frío, desde ceniza a antracita o grafito. Todos funcionan perfectamente con otros colores, por lo que pueden ser la base de muchas combinaciones y configuraciones. Esta solución es la más aconsejable, ya que el gris por sí solo no estimula ni relaja lo suficiente.

En el mundo de los negocios, tonos más oscuros enfatizan la profesionalidad y el poder, mientras que tonos claros resaltan la elegancia. Como elemento dominante, el gris encaja con gente con personalidad armoniosa que no necesita ninguna estimulación exterior para funcionar. También funciona en áreas destinadas a reuniones pequeñas e intensas.
Los grises mezclan bien con colores saturados. Funcionan perfecto con el rojo, el granate, el morado o el amarillo. Un conjunto de colores tierra y azules siempre es una buena idea. Un efecto muy interesante se puede conseguir combinando gris y blanco - dos colores fríos que juntos proporcionan un efecto relajante.

Es muy famoso y práctico el uso del gris en tapizados. Es una forma bastante simple de dotar de elegancia a una habitación. Accesorios en colores vivos o el verde de las plantas pueden añadir un toque energético también.
El gris solía ser infravalorado durante mucho tiempo, pero ha ganado fama últimamente gracias al minimalismo y a la moda industrial en el diseño de interior. Al combinar con tantos estilos distintos, puede ser reutilizado y adaptado a tendencias que aún están por venir.