En 1979 Alexander Schauss, director del American Institute for Biosocial Research pidió a la dirección de un centro penitenciario en Seattle llevar a cabo un experimento. La respuesta a su petición no fue la mejor, ya que el estudio rompía tabúes y cuestionaba la normas de aplicación general. A pesar de cierta resistencia, la idea llegó a buen puerto y sus resultados cambiaron el sistema penitenciario norteamericano para siempre.
El punto más controvertido de los cambios era cambiar el color de las paredes de las celdas a... rosa. Las dudas eran obvias: el color, percibido como de chicas, infantil para algunos, se introdujo en un mundo despiadado, de hombres. Resultó que tan solo tras 15 minutos de estar rodeados de paredes rosas los niveles de enfado en los presos se redujo. Es más, contemplar un panel rosa durante un minuto resultaba en que los hombres presionaban el dinamómetro con menos fuerza que aquellos que miraban a un panel azul marino. Como consecuencia del experimento, los prisioneros más problemáticos fueron trasladados a celdas rosas. Durante siete meses seguidos, no se reportó ni un solo acto de violencia entre dichos hombres.
Otros centros penitenciarios en Estados Unidos siguieron el ejemplo de Schauss, mientras que los países europeos usaron las paredes rosas durante las sesiones de mediación judicial. Como cabe esperar, resultados similares se pueden obtener en entornos laborales.
Nunca más un tabú
Se trata del único color cálido que tiene un efecto relajante. Sin embargo, tonos más saturados del rosa pueden tener propiedades estimulantes.
Hasta 1940 el rosa era percibido como neutral, y sólo desde entonces se etiquetó como un color infantil y femenino, usado en habitaciones de niños y tocadores. Hoy en día estos prejuicios son cosas del pasado, pero es recomendable usar este color con cuidado en entornos profesionales, ya sea sólo en las paredes o a modo de decoración. Es también más seguro usar versiones más atrevidas del rosa –por ejemplo, las más cercanas a los rojos y los morados. Tonos populares son: frambuesa, magenta y rosa con tonos marrones.
El color ayuda a controlar las emociones y reduce los niveles de ansiedad en el interior. Funcionará bien en áreas de descanso y en zonas con mucho estrés.
Hacia la energía
El rojo nos afecta de forma completamente distinta. Implica sensualidad y elegancia, especialmente cuando un tono de rojo “pintalabios” se usa. En zonas para empleados simboliza creatividad y dinamismo.
Hay que aclarar, sin embargo, que se trata del color de los mensajes de peligro y alerta, por lo que la gente lo asocia a la agresión y a la dominación. Un estudio llevado a cabo en la Universidad de Rochester prueba que los estudiantes que vieron una señal en rojo con “por favor, llamar a la puerta”, usaron menor intensidad que aquellos que vieron el mismo mensaje escrito en verde. El rojo durante tests de razonamiento lógico hace que los participantes se retiren más del papel, comportamiento que no se da cuando el test se presenta en otros colores. Esto es debido al hecho de que la gente, en general, tiende a alejarse de una experiencia si ésta no es cómoda.
En base al mismo experimento se probó que usando rotuladores rojos en vez de negros, los estudiantes tomaban un mayor número de decisiones erróneas y apresuradas. El rojo activa el área del cerebro responsable de las emociones, que también potencia la memoria a corto plazo, pero al mismo tiempo reduce las habilidades intelectuales y motoras.
En la dosis correcta
Con esta información podemos dosificar a conciencia el rojo en el espacio de trabajo. Es más seguro usarlo en mobiliario y accesorio antes que en paredes, aunque nada iluminará mejor una habitación oscura que pintarla de color.
Colores fuertes y movilizadores funcionarán mejor en espacios en los que tenemos que actuar rápido, como salas de conferencia, áreas de trabajo en equipo o sesiones de tormentas de ideas. Pintar una recepción o la entrada a un negocio de color rojo dará sensación de modernidad y profesionalidad. Sillería roja sugiere liderazgo. El color no debería ser usado en áreas en las que no queremos conflicto de emociones. En salas de conferencia, el rojo empuja a la honestidad y la comunicación, pero tenemos que recordar que también reduce la efectividad y el análisis en profundidad.
Buena asociación
Cada configuración de oficina necesita una buena asociación de colores.
El rosa con el gris crea una de las combinaciones más neutrales, mientras que con el negro proporciona una sensación de mayor sofisticación. El rosa con cualquier tono de azul o verde supone una combinación con estilo y autenticidad.
El rojo combinado con todos claros de gris, azul o verde son una variante muy atractiva, mientras que en lugares más dinámicos las combinaciones de rojo con azul marino o rojo con negro son impactantes e interesantes. Por último, el rojo tiene el poder de dar vida al blanco minimalista y romper la monotonía.